Los cristianos y el don de "una valentía teñida de paz y solidaridad" ante la pandemia. El arzobispo Anastasio de Albania escribe una carta a Andrea Riccardi

El arzobispo Anastasio, de la Iglesia ortodoxa de Albania, ha transmitido por carta a Andrea Riccardi sus sentimientos de cristiano y de pastor ante la pandemia del covid-19.

 

Querido profesor Riccardi, amadísimo hermano en el Señor.
¡Cristo ha resucitado! ¡En verdad, ha resucitado!

Gracias por su carta y por los cordiales saludos del 8 de abril de 2020. La amistad con la Comunidad de Sant’Egidio y sus esfuerzos permanecen en nuestra mente en este momento difícil de la historia en el que trabajamos para ayudar a los más necesitados. En un himno pascual se habla de un don fundamental que el Señor resucitado nos ha hecho: Cuando las puertas estaban cerradas, Jesús va adonde los discípulos y les ánimos y la paz.

Libertad de toda forma de miedo, de la depresión, del miedo de una injusticia despiadada.Libertad del  miedo ante la inseguridad que va en aumento, ante la amenaza de la pobreza. Libertad del miedo a la enfermedad, de la pandemia de covid-19. Libertad del miedo a la muerte.

Esta temeridad no se calma con un optimismo abstracto, sino con dos antídodos únicos: la fe en el Dios del amor y el amor desinteresado. Dios no nos abandonará. No hay temor en el amor, sino que el amor pleno expulsa el temor (1 Juan 4,18).

Aquellos de nosotros que tienen el do de la fe deberían cuidarla, alimentándola con humildad, estudio y oración, pidiendo como los discípulos: "Señor, aumenta nuestra fe". Tampoco podemos olvidarnos de rezar por aquellos a quienes les cuesta creer. Es un deber de amor y de respeto hacia ellos.

Celebremos la Pascua libres de toda forma de miedo.Ante el trauma y el ansia que esta pandemia sin precedentes ha provocado, respondamos con la impavidez que Cristo crucificado y resucitado nos concede. Una valentía teñida de paz y solidaridad. Pensando afectuosamente en la Comunidad de Sant’Egidio, y rezando por sus esfuerzos, especialmente en el momento difícil de esta pandemia, deseamos que el Señor Crucificado y Resucitado ilumine su vida y guíe sus  obras con la paz y la solidaridad que Cristo vencedor de la muerte inspira, y permanezcamos con amor fraterno en el Señor resucitado.
 

Anastasio

Arzobispo de Tirana, de Durrës y de toda Albania

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