Los ancianos de Guinea Bissau viven un aislamiento en el aislamiento. En el pequeño país africano bañado por el Atlántico, los problemas derivados por la pandemia de coronavirus se suman a los asociados a la soledad. Uno de los motivos de preocupación de la Comunidad de Sant’Egidio siempre ha sido colmar las distancias sociales.
Por eso repartimos productos de primera necesidad, desinfectantes y mascarillas confeccionadas por un sastre local. Durante el reparto, visitamos a los más pobres, con los que la Comunidad está unida por una larga amistad: Ana, que está viuda y se ha quedado sin hijos; Lona, que vive solo y está enfermo de lepra; decenas de ancianos acusados de brujería y por eso marginados en la sociedad.
En este tiempo, más que nunca, la solidaridad protege la vida de los excluidos y de los más pobres.
PARA QUIEN QUIERE AYUDAR