El cierre de los centros de día, la interrupción de las actividades por las tardes y la reducción de la red de relaciones que se crea saliendo por las calles del barrio hacen que estos días la vida de muchas personas con discapacidad sea especialmente difícil.
No obstante, las personas con discapacidad de Sant’Egidio no se han venido abajo y han buscado –junto a sus amigos– nuevas maneras de vivir la amistad. A este respecto, además de las llamadas por teléfono, han demostrado ser de gran valor las videollamadas y las app de mensajería que permiten, a través de emoticonos, comunicarse de manera muy rápida también a aquellas personas que no saben escribir. Recibir y enviar mensajes de voz, imágenes, vídeos, dibujos y canciones de fiesta y los cantos de la liturgia ha permitido superar los problemas de quien tiene una discapacidad sensorial y ha unido a todos en una comunicación continua y creativa que rompe la soledad de los días.
Para que todos pudieran disfrutar mejor de todas estas herramientas ha habido que implicar a familiares, cuidadores y vecinos que han prestado su ayuda gustosamente. Así se han podido hacer pequeñas videoconferencias y, en muchos casos, ayudar a seguir la oración de la Comunidad y la liturgia del domingo por internet, respondiendo así a una necesidad religiosa. La oración, ensanchando los límites de las preocupaciones de cada uno, ha ayudado a mirar la necesidad de quien estos días está en situaciones más difíciles: las personas que viven en la calle, los ancianos solos o los discapacitados que viven en centros.
La preocupación por llegar a todos está llegando también a algunas residencias donde, para preservar la salud de los internos que tienen una mayor fragilidad, se han interrumpido incluso las visitas de los familiares. En este caso es de gran ayuda la red de relaciones con quien trabaja en los centros. Algunos trabajadores se han prestado a recibir mensajes en su teléfono móvil personal o en una tablet y posteriormente difundir –a distancia y de manera segura– mensajes de voz, imágenes y cantos. En algunos casos también se ha podido enviar, con el permiso de la dirección, powerpoints que se proyectan en el centro con fotos de fiestas que hicimos juntos y cartas. Estamos trabajando para hacer lo mismo en todas las situaciones posibles para que, también en este tiempo difícil, nadie quede en el olvido.
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