"Saludo cordialmente a las autoridades, al personal sanitario, a los enfermos y sus familias, y a todos los presentes. Viendo la competencia, profesionalidad y amor con los que curáis y acogéis a tantos enfermos, concretamente personas con sida/VIH, sobre todo mujeres y niños, me viene a la mente la parábola del Buen Samaritano". Son palabras del Papa en el centro DREAM de Zimpeto de la Comunidad de Sant'Egidio. "Todos los que han pasado por aquí –ha dicho–, todos los que llegan desesperados y angustiados son como aquel hombre abandonado a un lado del camino. Y ustedes, aquí, no han dado un rodeo, no han seguido por su camino como hicieron otros (el levita y el sacerdote). Este Centro nos demuestra que alguien se paró y sintió compasión, que alguien no ha cedido a la tentación de decir 'no se puede hacer nada', 'es imposible combatir esta plaga' y con valentía ha empezado a buscar soluciones".
A su llegada, el papa ha sido recibido por el fundador de Sant'Egidio, Andrea Riccardi, y por la coordinadora del centro DREAM de Zampeto, Cacilda Massango, que en sus palabras de saludo ha manifestado su alegría por la visita del Papa a un lugar donde "se reciben gratuitamente medicamentos, atención sanitaria y alimentos, pero sobre todo dignidad y amistad". "Aquí, en Zimpeto, muchas mujeres enfermas recuperan las fuerzas y se ponen a servir a otros enfermos, acompañándoles en su tratamiento. Yo misma –ha dicho para terminar Cacilda Massango– soy una de las primeras enfermas que conoció DREAM. Decidí devolver lo que había recibido. Era una joven que sufría porque todos me juzgaban y se alejaban de mí. Con DREAM encontré una nueva familia que, además de los tratamientos, me ha dado dignidad y un futuro para mis hijos. Como yo, miles de mozambiqueños han vuelto a nacer".
Al finalizar la visita el Papa ha recibido como regalo un pastoral en forma de cruz hecho con madera y paja de las casas que destruyó el ciclón Idai, que asoló la región de Beira el pasado marzo.
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