"Incluso en un tiempo marcado por el miedo, el terrorismo y los enfrentamientos a nivel internacional, la pena de muerte hace un importante paso atrás. Es una señal importante que da la comunidad internacional al confirmar con un voto inequívoco en la Asamblea General de las Naciones Unidas que quiere detener todas las ejecuciones capitales. 121 países votaron sí a la Resolución para una moratoria universal de la pena capital, 35 votaron en contra y 32 se abstuvieron.
Hace dos años, tras el mayor avance en el camino de un mundo sin pena de muerte, que durante el último bienio había visto cómo cuatro países se sumaban al frente abolicionista, los países favorables a la Resolución eran 117. En 24 meses, los contrarios por completo disminuyen de 40 a 35. Entre los nuevos votos a favor están los de Libia y Pakistán, junto a Níger y Surinam, lo que anima a pensar que en situaciones en las que ha habido muchos condenas a muerte en el pasado y la amenaza terrorista es fuerte, los estados quieren deslegitimar la violencia y la muerte, una respuesta a la cultura del terror.
Mario Marazziti, coordinador internacional de la campaña abolicionista de la Comunidad de Sant’Egidio, ha comentado la votación con las siguientes palabras: "La pena de muerte es más débil, aunque en el mundo, de manera irresponsable, hay quien eleva el tono fingiendo no saber que la pena capital es ineficaz y discriminatoria, es un instrumento terrible en manos de regímenes autoritarios, aumenta el nivel de violencia oficial y difusa en las sociedades que la aplican, abre la puerta a represalias y venganzas allí donde se trabaja por la reconciliación después de genocidios y guerras civiles y, siempre, rebaja a toda la sociedad al nivel de quien mata".
También añadió: "Creo que la sinergia entre organizaciones no gubernamentales como Sant’Egidio, Amnistía Internacional, Hands Off Cain y la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte por una parte y el gobierno italiano, y los gobiernos europeos y extraeuropeos, desde Suiza hasta Australia o Sudáfrica, ha tenido un papel determinante. También creo que empieza a afianzarse la idea que expresa el nuevo texto del Catecismo de la Iglesia católica, que indica explícitamente que "a la luz del Evangelio la pena de muerte siempre es inadmisible".