El lunes 12 de noviembre se celebró en Moscú, en la Embajada italiana ante la Federación Rusa, una jornada titulada "50 años al servicio de los pobres y de la paz. Debate sobre la Comunidad de Sant’Egidio con una mirada al futuro".
Participaron numerosos amigos de Sant’Egidio que, en los más de treinta años de relación entre la Comunidad y rusa, la han conocido en distintos ámbitos y situaciones. La presencia de muchos exponentes de la Iglesia ortodoxa rusa fue muestra de la intensidad de una relación de fraternidad que tiene ya una larga historia. Fue importante la presencia institucional, con la participación de representantes del Ministerio de Exteriores y de la Administración Presidencial, del Consejo de la Federación y de la Duma del Estado. No faltaron personalidades del mundo de la cultura, de la información y de la sociedad civil rusa.
Tras un saludo del embajador Pasquale Terracciano, que repasó la historia de la Comunidad de Sant’Egidio desde Roma hacia el mundo, el director del Primer Departamento Europeo del Ministerio de Exteriores, Alexey Paramonov, manifestó el aprecio de la diplomacia rusa por el trabajo al servicio del diálogo y de la paz de Sant’Egidio.
"Amistad: es la palabra que utilizaría para describir la relación entre la Comunidad de Sant’Egidio y la Iglesia rusa", afirmó el arzobispo Antonii, presidente del Departamento de estructuras en el exterior del Patriarcado de Moscú, recordando muchas ocasiones de encuentro y de colaboración. En el mismo sentido se expresó el obispo Ioann, recientemente nombrado responsable de las parroquias de la Iglesia rusa en Italia. En su mensaje, el metropolita Ilarión, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, que definió los encuentros de oración por la paz de la Comunidad como "el foro de diálogo interreligioso por la paz de más prestigio", añadió que la Comunidad nació en el clima de los movimientos estudiantiles del 1968 pero "eligió otro camino para transfigurar la sociedad: el de un eficaz servicio cristiano. Este, que aparentemente es menos visible respecto a las ruidosas manifestaciones políticas, en realidad da buenos frutos, porque hace crecer el amor y lo lleva al mundo".
Además de Adriano Roccucci y Alessandro Salacone, en representación de la Comunidad de Sant’Egidio, intervinieron estudiosos y voces autorizadas de la cultura rusa. Las intervenciones hicieron alusión a menudo a los motivos de preocupación de nuestro tiempo. Sus desafíos, según el académico Serguey Karpov, invitan a la Comunidad a continuar haciendo una aportación a la formación de la "armonía humana" que el mundo necesita, mientras que Olga Sedakova, poeta y voz autorizada en Rusia, animó a Sant’Egidio, que mantiene su "espíritu joven de 1968", a devolver a la humanidad globalizada la intensidad de vida que ha perdido. "El nuestro es un tiempo imprevisible que nos desafía a inventar nuevas respuestas", dijo Dimitri Sabov, vicedirector del semanario "Ogonek", que terminó diciendo: "Sant'Egidio no dejará de suscitar nuevamente mi estupor y el de muchos, porque son expertos en lo imposible".
También participaron en la jornada exponentes de otras comunidades religiosas, como el rabino jefe de Moscú, Pinchas Goldschmidt, y el metropolita Nifon del Patriarcado de Antioquía.