Puentes de Paz, pórticos y corredores humanitarios: el espíritu de Asís se pone nuevamente en movimiento en Bolonia en nombre del diálogo entre religiones y culturas

Mensaje del papa Francisco, intervenciones del primer día

Los arcos estilizados del logo de la 32 edición del Encuentro internacional en el espíritu de Asís recuerdan a los pórticos de Bolonia, ciudad que, como decía el arzobispo Matteo Zuppi, "contiene los genes del encuentro, fue y sigue siendo lugar de encuentro de personas y de cultura".  También el papa Francisco, en el mensaje que envió a los participantes evoca la "singular arquitectura de la ciudad", que invita a "crear conexiones que lleven a encuentros reales, lazos que unan, itinerarios que ayuden a superar conflictos y a limar asperezas". Así, "Puentes de Paz" después de 32 años, continúa, según Andrea Riccardi, "el hilo jamás interrumpido del diálogo, que empezó en Asís Juan Pablo II en octubre de 1986, en tiempo de guerra fría: un diálogo que ha pasado por escenarios distintos, difíciles, belicosos, hostiles, pero también de inesperadas paces".

Es casi inútil remarcar que desde entonces el escenario mundial y el antropológico han cambiado. La que Riccardi define como una "euforia de la globalización", como si fuera la prefiguración de una "belle époque global", ha fracasado en su objetivo porque "ha faltado una unificación espiritual en el diálogo"; las mismas religiones "a menudo no han percibido la globalización como aventura del espíritu"; y no solo eso, sino que "el mundo global no ha traído la paz", sino que "ha producido guerras horribles, como en Siria, donde el conflicto dura desde 2011" (habló a ese respecto con emoción el patriarca sirio ortodoxo de Antioquía Ignacio Efrén II), y "se han legitimado la guerra de religión o la violencia religiosa". Con todo, "las religiones son inocentes de la sangre que se derrama en nombre de una u otra", dijo el gran imán de Al Azhar, Ahmad Al-Tayyeb: "El terrorismo no puede ser obra de un pueblo creyente; nace más bien del negocio de las conciencias y de las armas". 

Pero tampoco faltan problemas allí donde callan las armas: "En un momento difícil, en el que van decayendo muchas redes de convivencia en las periferias de las grandes ciudades y se levantan muros no solo entre Europa y África, para defenderse de los migrantes, y también entre países europeos, debemos reconstruir juntos puentes de paz", explicó el presidente de la Comunidad de Sant’Egidio, Marco Impagliazzo.
Desde hoy y durante tres días, hasta la gran Oración por la Paz en la piazza Maggiore, precedida por las oraciones que los representantes de las distintas tradiciones religiosas recitarán en varios lugares de la ciudad, miles de mujeres y hombres de fe, intentarán recoser el hilo de una esperanza que flaquea, porque, dice Riccardi, "Muchos miedos pueblan el corazón de gente que busca tranquilidad, incluso contraponiéndose como una tribu contra otra tribu enemiga". Saludándolos a todos y dando las gracias al presidente de Sant'Egidio Marco Impagliazzo, el arzobispo Zuppi los ha definido como "una caravana de hombres y mujeres de credos distintos, de personas de buena voluntad, que se han convertido en una red de amistad y de comunicación verdadera, una reserva de aire bueno y de relaciones en un mundo contaminado por mucha violencia y que le cuesta entenderse".

Hoy,  en la Asamblea inaugural en el Palacio de Congresos de la Feria de Bolonia, han hablado también el presidente del Parlamento europeo Antonio Tajani, el Gran imán de al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, el Rabino Jefe de Francia Haim Korsia, el ex presidente de la Comisión europea Romano Prodi (“Aquí se construye la solidaridad, que es condición para la paz”). Nour Essa es una mujer refugiada siria en Italia que llegó a Roma con su familia hace dos años junto a otros refugiados en el avión del papa Francisco desde la isla de Lesbos y que ha sido acogida por la Comunidad de Sant'Egidio junto a los más de 1700 refugiados que huían del hambre y de la guerra a través de los corredores humanitarios, que también son puentes de paz. Nour habló de la tragedia de la guerra en Siria.

En los tres días de estudio y trabajo están previstos 34 mesas redondas, todas ellas caracterizadas por una decisión de abrirse al diálogo porque "Con el diálogo se recomponen los fragmentos del mundo, átomos peligrosos y puentes rotos" (Andrea Riccardi). Este año el encuentro coincide con el cincuenta aniversario de Sant’Egidio, que hace 32 años que impulsa los encuentros internacionales en el "espíritu de Asís", y con el 68, que será recordado en una mesa redonda por algunos de sus protagonistas. Entre otros temas se hablará de "Europa y su crisis", la solidaridad entre generaciones, el diálogo interreligioso, el medio ambiente, el desarme, el papel de los creyentes ante las guerras, la violencia difusa en América Latina, el futuro de África y Juan Pablo II a 40 años exactos (16 de octubre de 1978) del inicio de su pontificado. En el Encuentro de Bolonia participarán también tres obispos provenientes de la República Popular China: Joseph Shen Bin, obispo de Haimen, Antony Dang Mingyan, obispo de Xi’an y Joseph Yang Yongqiang, obispo de Zhoucun.

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