El sábado 29 de septiembre, en la iglesia de San José de Budapest, hubo una celebración con cientos de personas. El cardenal Péter Erdő, arzobispo metropolita de Esztergom-Budapest y primado de Hungría, en su homilía dijo: "La Iglesia también en Hungría necesita aquella espiritualidad valiente que reza y actúa, que esta Comunidad representa en nuestro país".
Tras la liturgia saludó a los presentes, entre los que había ancianos de algunas residencias, los jóvenes de la Comunidad que junto con los niños hablaron con entusiasmo de la escuela de la paz; quiso saludar también a Zsolt, una persona sin hogar, que expresó su agradecimiento por haber sido bautizado en la Comunidad; a una familia de Pakistán que empieza una nueva vida en el país; Erzsébet, gitana de Tatárszentgyörgy, a quien le asesinaron un hijo y un nieto en la serie de atentados perpetrados contra gitanos en 2008 y 2009; a Béla Varga, superviviente del holocausto que dio las gracias al cardenal que con sus palabras despierta conciencias; a Kate, de Nigeria, que ahora trabaja en un hospital como enfermera.
Para terminar el cardenal dijo: "Que Dios os bendiga y os ayude a continuar orando y actuando con un corazón tan abierto. Ambas cosas van juntas. Sacamos fuerza de la oración y de la fe para vivir el testimonio y el servicio del amor".