Desde hace más de un año la Comunidad de Sant’Egidio de Maputo visita a los pobres sin hogar que viven en la parte central de la ciudad.
Muchos de ellos son niños de la calle que sobreviven pidiendo limosna y no tienen una familia que los cuide. La Comunidad les da de comer 5 días a la semana y varios de ellos participan establemente el viernes por la tarde en la oración vespertina que se hace en la iglesia dedicada a san Juan Pablo II. Esta iglesia, que la diócesis confió a la Comunidad de Sant’Egidio, ha sido restaurada y abrió nuevamente al culto en mayo de 2017. Entre los amigos que van a visitar por la calle hay también ancianos que viven desde hace años en situación de extrema pobreza. A algunos de ellos la Comunidad les ha encontrado un lugar para vivir.