En Múnich, la amistad y la solidaridad no se van de vacaciones #veranodesolidaridad

Estos días tórridos muchos se van de vacaciones. Pero en Múnich la amistad y la solidaridad no se van de vacaciones..

En agosto se ha organizado una fiesta veraniega a la que han asistido más de 200 personas sin hogar que van cada semana al comedor de Sant’Egidio que está en el barrio de Schwabing de Múnich. «Yo soy de Sant’Egidio», dicen muchos. El jardín de la iglesia de San Silvestre estaba adornado para hacer una fiesta, con mesas preparadas, una buena comida y de postres, pasteles caseros. 
La particularidad de la fiesta de este año ha sido que asistieron también los niños de la Escuela de la Paz y los ancianos. Bailaron mucho. 
En los rostros de los presentes, que muchas veces manifiestan la dureza de la vida, brillaba la alegría y la seguridad de que no serían abandonados. Porque Sant’Egidio es una gran familia que acoge a todos. 

También los niños de la Escuela de la Paz celebraron con los ancianos y con muchos invitados su fiesta del verano. La música y los juegos llenaron el día que llevaba por título «We are one». 

Los niños vivieron en las últimas semanas experiencias entusiasmantes. La mayoría son refugiados que llegaron en 2015 a Múnich y que todavía viven en un albergue. Sus padres huyeron de Pakistán, de Irak, de Nigeria, de Afganistán y de Sierra Leona.
Durante la fiesta proyectaron fotografías del año transcurrido: desde excursiones por la montaña y paseos por la naturaleza hasta las fiestas de la tarde. 

Recordaron la primera fiesta callejera en la que actuó la nueva banda, y en la que hubo actuaciones teatrales y musicales. 
Fue la coronación de un año especial, lleno de experiencias y de nuevas amistades, en el que vimos que es posible hacer un mundo sin muros y que, siempre, todo puede cambiar
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