Tras un año de actividad, sea inaugurado oficialmente el centro nutricional de Balaka ante la presencia del obispo de Mangochi, S.E. Montfort Stima. Cada día 130 niños reciben una comida completa pero el cuidado de los operadores no se limita al aspecto nutricional. Los días pasan rápido entre actividades didácticas, clases de inglés, juegos, y los niños más grandes aprenden a cultivar hortalizas y verduras en el huerto didáctico creado en colaboración con slow food.
El impacto del centro, tras poco más de un año, ya es evidente: 22 niños que habían dejado de ir a la escuela, porque culpaban su tiempo pidiendo limosna cerca del mercado para tener algo que comer, han vuelto a la escuela y en su mayoría han hecho con buenos resultados, gracias al apoyo y a los ánimos de los “amigos mayores”. También desde el punto de vista de la salud ha habido avances. Un niño bien alimentado crece mejor, enferman menos y tiene mejores resultados en la escuela, como ha dicho el padre de Eugene en sus palabras de saludo y de agradecimiento en la inauguración.
Chrispin de 12 años ha manifestado su alegría de ir cada día centro y espera con ganas que vuelva los jóvenes europeos en un verano de solidaridad.
El obispo ha recordado la historia de amistad entre Sant’Egidio, Malaui y su Iglesia ya ha animado a la Comunidad a continuar trabajando por el bien de los niños y por el futuro de Malaui.
También han participado en fiesta los Padres Monfortianos, que han cedido los locales para hacer la “Nyumba ya Chifundo”. El Padre Gamba y el Provincial Padre Belotti ha destacado la sintonía que su congregación tiene con Sant’Egidio en la atención a los pobres “…a quienes miramos a los ojos y cuyos nombres recordamos…”.
La restauración de las actividades del centro han sido posibles también gracias a la aportación de una ONLUS de Bérgamo que actuó en Malaui, el Gruppo Amici di Gorlago.