Mozambique es uno de los países del mundo más expuestos a calamidades cíclicas que provocan daños recurrentes en la economía y en las infraestructuras locales, limitan enormemente el crecimiento del país y frenan cualquier esfuerzo para superar la situación de emergencia. En el pasado, los ciclones Kenneth e Idai afectaron el extremo norte del país, especialmente la provincia de Cabo Delgado, y afectaron a más de 254.750 personas, de las que 18.000 tuvieron de realojarse en centros de reasentamiento temporales. El Gobierno mozambiqueño declaró los campos inhabitables y declaró tierras para recolocar a los desplazados.
La Comunidad de Sant’Egidio, en colaboración con el programa DREAM, actuó en aquellas zonas con el proyecto "Ninguem fica sozinho!" (nadie se queda solo), gracias a los fondos aportados por la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo. El objetivo de la intervención fue reducir la difusión de enfermedades infecciosas y mejorar las condiciones de vida con agua limpia y servicios higiénico-sanitarios para la población residente en los campos de Savane y Mutua. En particular, se abrieron centros de salud móviles y un servicio de autoambulancia. Además, se construyeron en ambos campos dos sistemas de aprovisionamiento de agua que funcionan con energía solar. En el campo de Savane se construyeron baños públicos y en el campo de Mutua se está construyendo un bloque sanitario con 3 salas para las consultas médicas.
Un año después del inicio de las actividades, un vídeo nos muestra los lugares y nos permite escuchar las historias de las personas que han participado en este proyecto.