Provenientes de 10 distritos diferentes de la gran metrópolis de Lima, una familia de jóvenes y adultos de la Comunidad, junto con amigos pobres, han saludado y acogido al Papa Francisco en su viaje al Perú.
La comunidad de Sant’ Egidio con mucha alegría fue a saludar al Papa Francisco con los Jóvenes por la paz a su llegada por la Avenida Brasil. Allí pudimos expresar que el Evangelio no ha pasado de moda para los jóvenes y que puede contagiarse y hacer un gran lío. A su paso no dejaron de gritar: “Papa Francisco, vivan los Ancianos”, “Papa Francisco te queremos”, “Papa Francisco una iglesia pobre, para los pobres”.
Junto a los amigos sin techo fuimos a saludarlo a la nunciatura. La ilusión en el rostro de cada amigo con las horas que pasaban se transformaba en nerviosismo, pero luego al verlo tan cerca se emocionaron. Para algunos amigos de la calle com Rude, Rosa, Winston, Fernando, Javier y Jaime fue una sorpresa ver que los saludara y sonreía. Rude –reciclador de botellas- redacto una carta: “Papa Panchito no bajamos la guardia los hijos de Sant’Egidio por causa de los pobres trabajan día y noche como San Pablo por los más necesitados…Te queremos mucho”.
Javier, contaba: “cuando era adolescente mi abuela lo había llevado a ver San Juan Pablo II pero logró verlo de lejos, ahora han pasado 30 años y Ustedes me han hecho esta invitación pero ahora lo he visto de cerca, no sólo estoy feliz porque he visto al Papa sino, porque recordé a mi abuela; gracias a Ustedes”.
A la misa donde asistieron más de un millón de personas, Sant’Egidio también se hizo presente. Como una sola familia pobres, jóvenes, ancianos, padres de familia, amigos e invitados de diferentes distritos acudimos desde el día anterior a la base naval las Palmas, para escuchar las palabras del Santo Padre. Muchísima gente, a pesar del día caluroso estuvimos unidos y en conexión con las palabras del Papa Francisco :
“Jesús sigue caminando por nuestras calles, sigue al igual que ayer golpeando puertas, golpeando corazones para volver a encender la esperanza y los anhelos: que la degradación sea superada por la fraternidad, la injusticia vencida por la solidaridad y la violencia callada con las armas de la paz. Jesús sigue invitando y quiere ungirnos con su Espíritu para que también nosotros salgamos a ungir con esa unción, capaz de sanar la esperanza herida y renovar nuestra mirada. […]
Tierra de esperanza por los jóvenes, los cuales no son el futuro, sino el presente de Perú. A ellos les pido que descubran en la sabiduría de sus abuelos, de sus ancianos, el ADN que guió a sus grandes santos. Chicas y chicos, por favor, no se desarraiguen. Abuelos y ancianos, no dejen de transmitir a las jóvenes generaciones las raíces de su pueblo y la sabiduría del camino para llegar al cielo. A todos los invito a no tener miedo a ser los santos del siglo XXI.”
Luchito, nuestro querido amigo sin techo, al terminar la misa; dijo: “nunca he visto al Papa tan cerca, es un peregrino de paz”. Gracias por traernos.”