El rostro de Chang Tak Wing dibuja una gran sonrisa: “Ya no recordaba cómo es dormir en una cama de verdad, caliente”.
Cheng es uno de los tres hombres sin hogar que el domingo 19 de noviembre, el Día Mundial de los Pobres instaurado por el papa Francisco, fueron a vivir a la «Home of Mercy», la casa que la Comunidad de Sant'Egidio ha abierto en Hong Kong para acoger a quienes se ven obligados a vivir por la calle.
La pobreza ha aumentado en la bienestante Hong Kong, y cada vez hay más hombres y mujeres sin techo que se ocultan entre los rascacielos. Los datos hablan de unas 2000 personas, un número que aumente de manera impresionante. Y solo una parte –menos de la mitad– accede a los servicios sociales.
Es una gran necesidad. Que también es –como siempre– necesidad de calor humano, de dignidad y de amistad. Por eso desde hace unos años la casa de la Comunidad de Sant'Egidio acoge cada semana a algunos amigos sin techo. Allí cenan juntos, hablan y rezan. Tenían el sueño de ayudar a estos amigos a encontrar una casa de verdad.
Y el sueño se ha hecho realidad justo el Día Mundial de los Pobres, cuando han entrado en la casa rehabilitada y preparada para acogerles los primeros tres invitados. La Home of Mercy podrá alojar hasta 8 personas.