¿Qué se puede hacer si la escuela pública, en Guinea-Bissau, no llega más que a un reducido número de niños? ¿Si la mayoría de ellos, para aprender a leer y escribir, deben pagar una escuela privada? ¿Y si no se lo pueden permitir? Es una verdadera "emergencia educativa".
Por eso la Escuela de la Paz de Sant'Egidio de Bissau, desde hace ya algunos meses, ha decidido convertirse en "la escuela que no existe": de lunes a viernes dan clases gratuitamente cuatro horas al día.
Los maestros son los estudiantes universitarios de la Comunidad, todos voluntarios, que de manera gratuita asumen la responsabilidad de dar clases en el tiempo libre que les dejan sus estudios universitarios.
El material escolar ha llegado gracias a la solidaridad de las Escuelas de la Paz de roma, que han recogido y enviado cuadernos, lápices y libros.
Actualmente la escuela de la paz funciona en tres barrios de las periferias de Bissau. Son barrios muy pobres, con muchos problemas, donde estos pequeños corren el peligro de ser víctimas de traficantes o de grupos criminales. Y las niñas son candidatas al matrimonio infantil.
Son muchas, las violaciones de los derechos de los niños que se producen en Guinea-Bissau. Los abusos van desde las mutilaciones genitales de las niñas, hasta la explotación laboral infantil o el abandono que obliga a muchos a vivir de limosnas o de lo que pueden. La Comunidad, que siempre ha creído en la fuerza de la educación como arma poderosa contra la violencia que sufren los menores, llegó a un acuerdo con algunas escuelas, y al terminar el curso pasado un primer grupo de alumnos de la Escuela de la Paz de Bissau pudo hacer los exámenes y obtener un diploma. Y el trabajo continúa. Se está tramitando el reconocimiento de la Escuela de la Paz por parte del Ministerio de Educación.