Durante su visita a la basílica de San Bartolomé de la Isla, lugar memorial de los Nuevos Mártires, el Papa Francisco a bendito una pequeña talla de madera pintada de una paloma, que proviene del iconostasio de una antigua iglesia de Alepo, bombardeada durante el sitio de la ciudad. Se la presentó un refugiado sirio de Alepo, que llegó a Italia gracias a los corredores humanitarios. Tras la bendición del Papa, la paloma fue colocada en el altar de la capilla en la que se conservan los recuerdos de los mártires de Asia y de Oriente Medio..