Ayer se inauguró en Ginebra el 107 Consejo de la Organización Internacional para las Migraciones, en el que se formalizó el nuevo estatus de observador de la OIM de la Comunidad de Sant’Egidio.
El Consejo, el primero desde que la OIM entró a formar parte del sistema de las Naciones Unidas, se organizó en ocasión del 65 aniversario de la fundación de la Organización y sancionó un nuevo aumento de sus estados miembros –que ahora son 166– y de los miembros observadores.
El nuevo estatus de la Comunidad de Sant’Egidio en el seno del consejo de la OIM estuvo acompañado por la redacción de un Memorando de Acuerdo, que firmarán hoy en Ginebra el Director General de la OIM, William Lacy Swing, y el Secretario general de la Comunidad de Sant’Egidio, Cesare Giacomo Zucconi.
"Tras años de colaboración con la Comunidad de Sant’Egidio, nos alegra que la colaboración entre la OIM y la Comunidad pueda entrar en una nueva fase", comentó Federico Soda, Director de la Oficina de Coordinación de la OIM para el Mediterráneo.
"El Memorando de Acuerdo define algunas importantes áreas de cooperación entre las dos organizaciones, con una atención especial por el fomento de canales legales de entrada para migrantes y refugiados –entre las que están el reforzamiento del instrumento de la reagrupación familiar– y destaca la necesidad de abrir corredores humanitarios para migrantes que estén en situaciones de emergencia. El documento pone de manifiesto la importancia de poner en marcha colaboraciones y sinergias en los países de origen de los migrantes y refugiados”.
"Ser reconocidos como observadores permanentes en el Consejo de la OIM es un honor para nosotros y nos impulsa a aumentar nuestro trabajo", afirma Mauro Garofalo, responsable de relaciones internacionales de la Comunidad de Sant’Egidio. "Ante el desafío global que plantean los migrantes y los refugiados, se necesitan colaboraciones entre organismos internacionales, Estados y sociedad civil. Eso es lo que demuestra el proyecto piloto de los corredores humanitarios, que es fruto de una sinergia positiva entre la sociedad civil y las instituciones italianas y que ahora están estudiando otros países europeos".
A partir de diciembre de 2015, la Comunidad de Sant’Egidio puso en marcha gracias a un acuerdo con el Estado italiano, un proyecto piloto de apertura de corredores humanitarios para personas en condiciones de vulnerabilidad, como mujeres solas con niños, ancianos, personas con discapacidades o patologías graves, para su traslado de forma segura a Italia, donde presentan solicitud de asilo. Los corredores humanitarios prevén la llegada, durante dos años, de mil refugiados mayoritariamente provenientes del Líbano, gran parte de los cuales son ciudadanos sirios que huyeron de la guerra. Hasta ahora ya han llegado 500 y otros tantos llegarán durante 2017.
La OIM –entre otras actividades que lleva a cabo en Italia– tiene en marcha el programa de Recolocación (Resettlement) de migrantes sirios en Italia y el de Reubicación (Relocation) hacia otros estados miembros de la Unión Europea y desde hace más de 10 años lleva a cabo actividades de asistencia para migrantes en los principales puntos de desembarco de Sicilia, Apulia y Calabria. Las oficinas de la OIM de todo el mundo trabajan sin parar en programas de apoyo a los migrantes que son víctimas de crisis humanitarias. Entre estos, son de especial relevancia las actividades de ayuda a los migrantes que pasan por los centros de tránsito de Agadez y Niamey, directamente gestionados por la misión de la OIM en Níger.
"La firma del Memorando de Acuerdo con la Comunidad de Sant’Egidio", concluye Federico Soda, "forma parte de una política de colaboración humanitaria ya consolidada en nuestra organización y esperamos que pueda desencadenar nuevas iniciativas que ofrezcan ayuda y asistencia cada vez a más migrantes y refugiados".