La Comunidad de Sant’Egidio manifiesta su pesar y conmoción por la desaparición del arzobispo emérito de Beira (Mozambique), monseñor Jaime Gonçalves. Hombre de paz, fue una de las principales figuras de la Iglesia mozambiqueña desde la independencia hasta la actualidad. Entró en contacto con la Comunidad la segunda mitad de los años setenta, uno de los momentos más difíciles para los católicos en un país liderado por un gobierno marxista-leninista. Gracias a los contactos en Italia, con la Comunidad y con instituciones y personalidades políticas, como Giulio Andreotti (ministro de Exteriores) y Enrico Berlinguer (secretario del PCI), contribuyó de manera decisiva a mejorar la situación de los católicos en Mozambique.
Como arzobispo de Beira, al inicio de los años noventa fue, con Andrea Riccardi, monseñor Matteo Zuppi y Mario Raffaelli, mediador en las negociaciones entre el Gobierno marxista y la guerrilla de la Renamo, que el 4 de octubre de 1992 llevaron a la firma de los acuerdos de paz para Mozambique, poniendo así fin a una larga guerra civil que había provocado más de un millón de muertos.
Fue presidente de la Conferencia episcopal mozambiqueña y destacada figura en los dos sínodos sobre África. Sant'Egidio lo recuerda con cariño por la amistad de todos estos años y por los innumerables encuentros alrededor del Evangelio y de la paz.