Por invitación del Grupo Intercultural del Partido Popular Europeo (PPE), la Comunidad de Sant’Egidio presentó el martes por la mañana, en el Parlamento Europeo de Bruselas, los frutos de treinta años de diálogo interreligioso en el 'Espíritu de Asís'.
Con este término se alude al encuentro histórico de líderes de las Iglesias cristianas y de las grandes religiones mundiales que impulsó el santo papa Juan Pablo II el 27 de octubre de 1986 en la ciudad de san Francisco. La Comunidad de Sant’Egidio ha trabajado desde entonces para mantener y hacer crecer este espíritu de diálogo fraterno entre hombres de distintas religiones.
La sesión fue inaugurada por el vicepresidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. En una primera mesa, presidida por el parlamentario europeo húngaro György Hölvényi, se abordó el tema de Albania. En la capital albanesa, Tirana, se celebró, en septiembre de 2015 el último encuentro de líderes religiosos por la paz 'en el espíritu de Asís'. Varios ponentes, de distintas religiones y distintas tendencias políticas, explicaron que Albania puede ser un modelo para la convivencia pacífica en Europa. Entre ellos estaba el alcalde de Tirana, Erion Veliaj. Alberto Quattrucci, de la Comunidad de Sant’Egidio, explicó que el diálogo interreligioso es fundamental para la construcción de la Europa del futuro.
La segunda mesa, presidida por la parlamentaria europea irlandesa Mairead McGuinness, versaba sobre el futuro encuentro que se celebrará del 18 al 20 de octubre nuevamente en Asís, donde se recordarán los treinta años del Espíritu de Asís. Pero ¿cuáles son los frutos del diálogo en un mundo que vive el miedo del terrorismo y del choque de religiones? Según Jan De Volder, los frutos se ven en la prevención de mucha violencia que habría podido explotar, y también en los procesos de reconciliación política como los de Mindanao, en las Filipinas, o en la República Centroafricana. Oded Wiener, llegado desde Israel, y Abdelmajjid El Najjar, explicaron los frutos del Espíritu de Asís desde un punto de vista judío y musulmán. Fessaha Al Ghanesh demostró que la colaboración factiva entre cristianos y musulmanes en el Sinaí es capaz de salvar a muchas personas de la muerte.