500 jóvenes han caminado por el andén de más de un kilómetro que hay al lado de las vías del campo de Auschwitz-Birkenau. Jóvenes polacos, rusos, ucranianos, húngaros, rumanos, checos y eslovacos.
En silencio, precedidos por tres coronas de flores que han depositado en las lápidas en hebreo, rumano y ruso, en recuerdo de los millones de judíos, gitanos y presos de guerra soviéticos, devorados por el odio racial y por el horror de la guerra.
Al finalizar la ceremonia han hecho un llamamiento a Europa y al mundo, diciendo con fuerza: "¡No a la violencia y a la guerra! ¡No al racismo y a la indiferencia!"
El congreso de los jóvenes del Este de Europa terminó el sábado en Wieliczka con el compromiso de construir un mundo sin violencia, abriendo nuevos caminos de paz en sus países y rebelándose pacíficamente ante la indiferencia y las injusticias.