El lunes, 18 de mayo se firmó en Lomé el acuerdo de sede entre la Comunidad de Sant'Egidio y la República de Togo. En presencia del ministro de Exteriores togolés, Robert Dussey, en la ceremonia posterior a la firma del texto del acuerdo se recordó todo lo que une a la Comunidad con aquel país del África occidental.
Una amistad que se remonta a inicios de los años 2000 y que ha llevado a que hoy Sant'Egidio esté no solo en Lomé, sino en varias ciudades del país. Su valor se expresa en el lazo que tiene desde hace ya tiempo con los pobres, desde los niños de la calle de la capital y de Kara, la ciudad más importante del norte, hasta las numerosas Escuelas de la Paz. Hablaron también de la situación de aislamiento que viven muchos ancianos, que antaño eran venerados en las sociedades africanas y hoy cada vez con más frecuencia son apartados y terminan siendo víctimas de prejuicios.
Ambas partes destacaron la importancia del trabajo por la paz que lleva a cabo la Comunidad en África –que en el pasado llegó también directamente a Togo– y en particular de la necesidad de defenderla en África occidental, tras los ataques terroristas de hace unos días en Uagadugú, en Burkina Faso.
Hay que apoyar la convivencia y el diálogo, arraigados como valores en toda la región –dijeron–, mediante iniciativas en las que participen las distintas religiones y culturas del país. Por último, recordaron algunas campañas en las que la Comunidad está en primera línea, como la de la abolición de la pena de muerte: en mayo de 2009, precisamente durante un encuentro de ministros de justicia africanos organizado por Sant'Egidio, Togo anunció la abolición de la pena capital.