Construir caminos de paz

Retomemos inmediatamente el diálogo sobre la no-proliferación nuclear

 «El grito de la paz» se ha escuchado en la Oración por la Paz, en el espíritu de Asís, celebrada este año en Roma. A través de la oración por la paz, la amistad y el encuentro, la relexión y el diálogo, busca construir caminos de paz. Pau, Peace, Paix, Mir… En muchos idiomas, los miles de hombres y mujeres de diferentes religiones y culturas, reunidos en el Coliseo, expresaron su compromiso de airmar el ius pacis, el derecho a la paz para todo el mundo. Poco antes, el papa Francisco había airmado: «La invocación por la paz no se puede reprimir: surge del corazón de las madres, está escrita en las caras de los refugiados, en las familias que huyen, en los heridos o en los moribundos. Y este grito silencioso sube al Cielo. No conoce fórmulas mágicas para salir de los conlictos, pero tiene el sacrosanto derecho de pedir la paz en nombre de los sufrimientos padecidos, y merece ser escuchado. Pide que todos, comenzando por los gobernantes, se agachen para escuchar con seriedad y respeto. El grito de la paz expresa el dolor y el horror de la guerra, madre de todas las pobrezas.» En el contexto belicoso que vivimos, el grito de la paz llega desde Ucrania y desde muchos otros países golpeados por la guerra. El maniiesto inal, irmado por el papa Francisco y los líderes religiosos, airma: «¡Basta ya de guerra! Detengamos todos los conlictos. La guerra es una aventura sin retorno. ¡Desactivemos la amenaza nuclear o, al inal, todos perderemos!» Es una advertencia a los responsables políticos: «Liberemos el mundo de la pesadilla nuclear. Retomemos inmediatamente el diálogo sobre la no-proliferación nuclear y el desmantelamiento de las armas atómicas.» El encuentro «mostró una fuerte esperanza, hecha de conianza en Dios, de espera en los líderes políticos, de conianza en la voluntad de paz de los pueblos. Los judíos rezaron bajo el arco de Tito, que conserva la imagen del saqueo del templo y la destrucción de Jerusalén. Los cristianos en el aniteatro del Coliseo, lugar de violencia y martirio. El mal no puede vencer».


[ Jaume Castro ]