Por iniciativa del mulá Abdul Kabir Azad, imán de Lahore, se celebró una conferencia interreligiosa por el diálogo y la paz en Islamabad. Participaron unas 300 personas, representantes de las distintas comunidades religiosas del país, que escucharon las intervenciones de Andrea Riccardi y del presidente de la República Islámica de Pakistán, Arif Alvi.
«Pakistán quiere la paz, rechaza toda violencia», dijo el mulá, quien recordó el camino de diálogo y amistad que se ha ido creando en los encuentros de oración por la paz promovidos por Sant'Egidio, en los que participa desde hace algunos años. Gracias a su participación en estos encuentros, se ha reforzado en él la idea de que en un mundo interconectado la fuerza de las religiones para alcanzar la paz es decisiva. Por eso manifestó su voluntad de que Pakistán participe activamente en este movimiento internacional de diálogo.
En su intervención, Andrea Riccardi hizo hincapié en la importancia de la colaboración entre las diferentes religiones en el mundo global, no solo a nivel de la legislación, sino también en la vida cotidiana de los pueblos: « Nuestros encuentros de oración, amistad y diálogo son un desafío al odio y a la guerra. Un movimiento que ha superado muros y ha unido en el diálogo. Con el paso de los años, se ha afianzado la convicción de que la paz siempre es posible. Las religiones a veces son gasolina en el fuego de la violencia. Son incendiarias porque son infieles a la cultura religiosa de su historia. Pero las religiones pueden ser agua que apaga el fuego de la guerra y del odio. Nuestra historia, queridos amigos, demuestra que todo verdadero creyente debe tener el coraje de la paz».
Por su parte, el presidente Alvi destacó la importancia de este proceso de encuentro entre religiones para apagar el fuego de la violencia, que tanto dolor ha producido a lo largo de la historia. «Los pueblos aprenden de lo que ven y la amistad entre los líderes religiosos enseña a vivir juntos», dijo, e invitó a todos a practicar el arte del diálogo en la vida civil del país.
Esta conferencia, no solo por los temas tratados, sino también por la autoridad de los ponentes y por la participación de las distintas comunidades religiosas (incluidos los católicos como los padres dominicos, el obispo de Islamabad, el nuncio, y también algunas comunidades de monjas), es un hito en la convivencia entre religiones en Pakistán. De hecho, aunque todavía hay tensiones, cabe destacar que han mejorado notablemente las relaciones entre las diversas comunidades religiosas, una señal de que el trabajo de diálogo realizado en los últimos años está calando con fuerza en la vida social paquistaní.
Al final de la conferencia, el presidente entregó a Andrea Riccardi un recuerdo en reconocimiento de su trabajo por la paz y el diálogo, y expresó su deseo de que continúe la colaboración entre Sant'Egidio y Pakistán.
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