«Llegan noticias muy preocupantes desde la frontera entre Ucrania y Rusia, pero en la Comunidad creemos que la guerra no es la última palabra y seguimos rezando por la paz».
Son palabras que Yuri Lifanse, responsable de Sant'Egidio en Ucrania, dirige a quienes le preguntaron sobre la situación en el país en estas difíciles horas de miedo. «La gente está preocupada, en la clase de mi hija hablan sobre dónde es mejor huir si comienza un bombardeo, la preocupación es tan profunda que ha llegado a los niños».
En los últimos días, la Comunidad en Kiev y de toda Ucrania se ha reunido para rezar por la solución de un conflicto que ha durado 8 años y que ya se ha cobrado 15 mil víctimas entre militares y civiles. Son oraciones ecuménicas, porque, como explica Yuri, «lo que podemos hacer es la unidad dentro de Ucrania, especialmente entre los cristianos, y por eso rezamos juntos cristianos de diferentes denominaciones, y todo el pueblo de la Comunidad, pobres y ricos, jóvenes y ancianos. Todo el mundo exige la paz, es lo que une a todos hoy más que cualquier otra cosa».
La guerra provoca un aumento de la pobreza y Sant'Egidio está en la calle para ayudar mucha gente que necesita alimentos y apoyo.