El pasado domingo 28 de febrero en la parroquia ortodoxa de los Santos Cosme y Damián, en Moscú, participaron muchas personas sin hogar en la oración en memoria de Lilja y otras personas pobres que han fallecido en la calle. Este momento, que los amigos de Sant'Egidio organizan en el centro de la ciudad, se inició hace quince años tras la muerte por congelación de Lilja Zueva, una mujer sin hogar de 44 años. Anualmente, acoge a muchos pobres y amigos de la Comunidad, a parte de mucha gente sensible y cercana a los problemas de los que viven en la calle. Dada la imposibilidad de poner un almuerzo al final de la oración, debido a las medidas antipandémicas, cada pobre recibió una comida al salir de la iglesia.
Aunque los servicios estatales de apoyo a las personas sin hogar han aumentado en los últimos años, vivir en las calles de Moscú es extremadamente duro, especialmente en invierno, cuando las temperaturas, como este año, han alcanzado los treinta grados bajo cero. En 2020, a partir de los meses del confinamiento, la Comunidad de Sant’Egidio en Moscú duplicó los servicios a las personas sin hogar, especialmente las distribuciones en las calles, que se han vuelto más frecuentes y abundantes. Además, en otoño se abrió un segundo centro de día para los pobres, donde las personas pueden recibir ropa y alimentos.