La reina de Bélgica, Matilde, ha visitado Kamiano, en Bruselas, el comedor de Sant'Egidio para las personas sin hogar.
Ha estado hablando largamente con varios amigos de la calle, ha escuchado las difíciles historias de vida de cada uno; y también con los voluntarios, para animar a todos a seguir ayudando en estos tiempos difíciles de lucha contra el coronavirus.
La reina iba acompañada de la princesa Eleonor, de 12 años, que ha preparado dulces para todos.
En estas semanas de confinamiento, Sant’Egidio ha reforzado el servicio del comedor para los amigos de la calle. Siempre ha permanecido abierto y ha pasado a repartir al aire libre comida para llevar, doblando el número de comidas.
Los tiempos son difíciles para los pobres, para los que no tienen casa, para los que están solos. Porque restaurantes y bares todavía están cerrados en Bélgica; la solidaridad de cada día, que ayudaba a muchos a sobrevivir en la calle, ha decaído; y la necesidad ha aumentado.
En las calles de la capital europea ha aumentado el hambre. Pero también ha aumentado el número de voluntarios y han nacido nuevas formas de generosidad.