Como consecuencia de la pandemia de coronavirus, en las últimas semanas en Bogotá (Colombia) ha habido un aumento de la pobreza que ha afectado a muchas familias que sobreviven con ingresos provenientes de trabajos informales, así como un gran número de familias migrantes, en su mayoría venezolanas, que no tienen documentación legal y no pueden acceder a las ayudas gubernamentales. Además, el aislamiento preventivo para todos los ancianos amenaza con intensificar su soledad. La realidad de los sintecho es aún más dramática, ya que no tienen lugares donde dormir o comer durante el día.
Sant'Egidio ha redoblado sus esfuerzos para responder a todas las necesidades de los pobres. Por eso estamos organizando regularmente repartos de paquetes de alimentos para las familias con más problemas. Por otra parte, como medida para romper el aislamiento de los ancianos, hemos puesto en marcha varias iniciativas, como la confección de muñecas de ropa, dulces y cartas como signos de amistad. Los Jóvenes por la Paz también se han organizado para mantener el contacto con los niños de las escuelas a través de videollamadas.
El trabajo de la Comunidad ha sido posible solo gracias a la solidaridad de muchos que ayudan con donativos y con las "compras solidarias". De ese modo hemos podido repartir gel antibactérico y mascarillas para los sintecho, así como comida para saciar el hambre de muchas personas en varias zonas de la ciudad. Una de tantas historias: Marcos, un amigo que vivía en la calle al que la Comunidad conoce desde hace unos meses, hoy, después de buscar mucho, tiene un lugar donde dormir.
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