En una pequeña capilla del barrio de Primavalle, en el que fue el primer lugar de oración de Sant’Egidio en la periferia de Roma, se celebró una fiesta dedicada a San Francisco.
La liturgia, celebrada por Monseñor Vincenzo Paglia, se enriqueció por la presencia del padre Gustavo Gutiérrez, teólogo latinoamericano que ha hecho una profunda reflexión y gran contribución desde los años del Concilio Vaticano II en referencia a la presencia y el valor de los pobres en la Iglesia.
Padre Gutiérrez, considerado el padre de la teología de la liberación, ha querido conocer de cerca la historia y la experiencia de comunicación del Evangelio “en la periferia” vivida por Sant’Egidio desde los años setenta.
En este encuentro con las personas de la Comunidad de Primavalle – entre las cuáles hay varias originarias del Perú, como él – escuchó su compromiso con los más pobres y en la comunicación del Evangelio a todos, y afirmó que reconocía en todas esas personas la “alegría y la creatividad en el espíritu del Concilio”.