Caminando por las calles de Cuauhtémoc, distrito del centro de Ciudad de México, es fácil ver a personas sin techo. Muchas de ellas son jóvenes, algunas adultas. Nunca han estado inscritas en el registro civil y, por tanto, no disponen de documento de identidad que les permita trabajar, acceder a los servicios sanitarios o incluso llevar a sus hijos a la escuela.
Miles de jóvenes sin techo de Cuauhtémoc, personas que viven al margen de la sociedad, que en teoría no existen, tienen cada día la preocupación de encontrar algo que comer y sienten el miedo de no poderse curar si se ponen enfermos.
Desde hace dos años la Comunidad de Sant'Egidio recorre aquellas calles, va a verles, les lleva comida –bocadillos y bebidas–, celebra sus cumpleaños, y con el paso del tiempo ha surgido una amistad con muchos de ellos: como Miguel y Carlos, que con la ayuda de la Comunidad han podido resolver sus problemas de documentos, se han operado y han encontrado trabajo y casa.
En México hay miles de personas, muchas de las cuales son indígenas, que no están inscritas en el registro civil, y eso supone un serio problema. Estas personas son las que más problemas tienen para integrarse en la sociedad, sobre todo a causa de la extrema pobreza en la que viven. Muchos indígenas no pueden costearse los trámites para regularizar su estado, ni el de sus hijos, que como consecuencia, no pueden ir a la escuela. Para ellos la Comunidad de Sant'Egidio ha abierto en la zona una Escuela de la Paz, donde los niños pueden estudiar. En paralelo hay todo un trabajo que la Comunidad lleva a cabo para inscribir en el registro civil a los niños, y para ayudarles a integrarse en el sistema nacional de educación.