Envío mi más caluroso saludo a los participantes en el encuentro internacional por la paz, y doy las gracias al profesor Marco Impagliazzo, Presidente de la Comunidad de Sant'Egidio, por haber organizado este importante encuentro.
El año pasado sentí una fuerte emoción al visitar la Comunidad de Sant’Egidio y ver cómo ayudan a los inmigrantes y a los refugiados. Las Naciones Unidas se sienten orgullosas de trabajar a su lado.
Hoy el mundo hace frente a una serie de crisis complejas nunca vistas en una generación: la violencia y las guerras civiles son una realidad diaria para millones de personas en el mundo. El número de personas que se ven obligadas a escapar de sus casas por motivos asociados a conflictos es el más alto desde la Segunda Guerra Mundial. Los extremistas se aprovechan de la desigualdad y de la vulnerabilidad con ideologías sanguinarias.
Se trata de desafíos enormes, pero no insuperables. Su trabajo indica el camino a recorrer. El encuentro internacional por la paz, con su carácter interreligioso e intercultural, reafirma que solo el diálogo y la negociación pueden encontrar soluciones sostenibles a la violencia.
Durante este tiempo en el que la división social aumenta en los países y en el mundo, podemos desempeñar un papel determinante para favorecer el entendimiento recíproco y para promover la paz en nuestras vidas, una paz que se base en nuestros valores y aspiraciones comunes.
La paz puede ser escurridiza, pero no es un misterio. Es el resultado de un trabajo duro, de mediación, de resolución de conflictos y de reconciliación. Viene de la visión de un mundo en el que las personas compartan los beneficios que trae consigo la paz y la prosperidad en un mundo sano.
Los líderes globales demostraron tener esta visión el año pasado, cuando se pusieron de acuerdo sobre la agenda para el desarrollo sostenible de 2030; un plan de acción hacia la paz y la prosperidad de todas las naciones. Los 17 objetivos del desarrollo sostenible son nuestros medios para luchar contra la pobreza y la carestía, la desigualdad y la competencia de los recursos que lleva a las tensiones y a los conflictos. Gracias a todos por utilizar su grandísima influencia como religiones y líderes de comunidades para fomentar la paz. Trabajemos uno junto a otro para reforzar la defensa de la paz que tanto necesitamos hoy.
Gracias y les deseo un encuentro pacífico y fructífero.
(traducción de la redacción online)