Día Universal del Niño: Sant’Egidio, con los niños

Las Escuelas de la Paz, el programa “Bravo!", los centros nutricionales, el programa DREAM... la Comunidad defiende los derechos de los más pequeños

El 20 de noviembre de 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención de la  ONU  sobre los derechos de los niños y los adolescentes (Convention of the Rights of the Child). Hoy hace exactamente 32 años.
Era la primera vez que, intentando armonizar las distintas experiencias culturales y jurídicas,  se afirmaba de manera coherente los derechos fundamentales que deben ser reconocidos y garantizados para todos los niños del mundo.
La Convención se convirtió rápidamente en el tratado en materia de derechos humanos con el  mayor número de ratificaciones  por parte de los estados. Actualmente  196 Estados son firmantes de la Convención. (Fuente: Unicef)

La pandemia de covid-19 ha puesto aún más de relieve estas desigualdades: desde el cambio climático hasta la educación y la salud mental, el fin del racismo y la discriminación, los niños y los jóvenes alzan sus voces sobre cuestiones que afectan a su generación y piden a los adultos que creen un futuro mejor.

Desde su nacimiento, la Comunidad de Sant'Egidio ha llevado en el corazón a los más pequeños, y ha trabajado para afirmar sus derechos respondiendo, en cada ocasión, a los desafíos que plantean las realidades complejas y difíciles a las que se enfrenta. En nuestros programas para la infancia está la respuesta a muchos derechos que todavía hoy son negados. Hoy, Día Universal del Niño, recordamos algunos:
 
¡Que nunca más sean invisibles!
El artículo 7 de la Convención de los derechos del niño afirma que este "será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos".
En realidad, los datos de la Unicef de 2013 habla de una tercera parte de niños que no son inscritos en el mundo (unos 237 millones). Es un número inmenso de menores que ven negado un derecho fundamental, que les priva de acceder a la educación, a los derechos civiles y que hace que fácilmente sean víctimas de abusos, de esclavitud y de tráfico de personas.

Por eso la Comunidad de Sant’Egidio puso en marcha el programa BRAVO (Birth Registration for All Versus Oblivion), que está activo en Burkina Faso, en Mozambique y en Malaui.
En esos países el programa de Sant'Egidio ayuda concretamente a restructurar el servicio de inscripción en el registro civil, crea centros de inscripción itinerantes para llegar a zonas remotas y está sacando así del anonimato a millones de personas.

A la venta "Nascere non basta": niños invisibles, trata de menores y registro civil en África. La experiencia del programa BRAVO! >>

El derecho a la salud
Art. 24: Todos los niños tienen derecho a gozar de salud. Para dicho propósito deben poder beber agua potable, vivir en un entorno saludable y recibir alimentos, ropa y atención médica adecuada.


El programa DREAM se ocupa de la salud de los niños africanos, para que pueda crecer una generación sin el virus del VIH y la malnutrición.
Por eso, se ha puesto en funcionamiento un plan de atención para prevenir la transmisión maternoinfantil del virus, que ha logrado que más de 120.000 hijos de madres enfermas nazcan sanos. Para más información visita la web del programa DREAM.
Por otra parte, los Centros Nutricionales de la Comunidad acogen cada día a miles de niños para garantizarles un crecimiento sano con una alimentación adecuada.

La escuela
Art 28: todos los niños tienen derecho a recibir educación
Uno de los derechos que se niega a los niños es el de la educación. La Comunidad de Sant’Egidio, desde su inicio,  ha querido dar una respuesta a esa situación.  
Actualmente, en 73 países del mundo las Escuelas de la paz son un lugar donde de manera voluntaria y gratuita, miles y miles de niños, muchas veces en las zonas más marginadas del planeta, reciben gratuitamente refuerzo escolar y educación en los principios de la paz y de la convivencia, acompañados por voluntarios de la Comunidad. Para saber más

Por otra parte, más de 7.000 niños de 22 países del mundo pueden estudiar gracias al programa de Apadrinamientos que les permite pagar la matrícula escolar –en mucho países la escuela no es gratuita–, los libros, el material escolar y el uniforme. Por desgracia el derecho a estudiar sigue siendo un privilegio de pocos. El apadrinamiento  también es un sostén para los niños en los aspectos más importantes de su vida –salud, escuela y alimentación– y constituye una valiosa ayuda para todo el núcleo familiar.