"Un arrebato inconsciente". Hoy, cuando se le pregunta a la Sra. Anna Pagliaro, de 69 años, por qué a principios de 2016, mientras recién comenzaba la experiencia de los corredores humanitarios en Italia, cogió el teléfono para ponerse en contacto con la Comunidad de Sant'Egidio, responde con las mismas palabras que usó años antes: "Fue un arrebato inconsciente".
Luego sonríe. "No tenía demasiada idea, no sabía mucho sobre el tema. Pero busqué los contactos de la comunidad en internet, los llamé y les dije "explicadme, dejadme entender. Así nos conoceremos mútuamente". Demos un paso atrás para comprenderlo: nos situamos en el 2015. A finales de ese año se firma en Italia el primer documento oficial entre la Comunidad de Sant'Egidio, la Federación de Iglesias Evangélicas, la Mesa Valdense, la CEI- Caritas y el Gobierno, para abrir el primer corredor humanitario y traer refugiados a Italia desde otros países. Así, un millar de refugiados sirios, que vivían en campos de refugiados en el Líbano, llegaron a nuestro país.
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