La ceremonia de entrega del premio Moshe Rosen a Andrea Riccardi: palabras e imágenes

En la gran sala Benedetto XIII, en el antiguo hospital de San Gallicano en el Trastevere romano, no muy lejos de la sinagoga y de los lugares de presencia milenaria de los hebreos en Roma, Andrea Riccardi recibió ayer el premio  “Rabino Moshe Rosen” de la Conferencia de Rabinos de Europa (CER).


"Un premio, que a través de mi persona, honra el compromiso de tantas personas en la Comunidad de Sant'Egidio contra el antisemitismo, el odio y la intolerancia así como por la libertad religiosa y el diálogo entre religiones", comentó Andrea Riccardi. Es una fraternidad "carnal y espiritual" la que tenemos con la Comunidad hebrea, que nace de las Sagradas Escrituras y que se evidencia en la marcha por la memoria de las deportaciones de los hebreos romanos del 16 de octubre de 1943. El rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, después de haber expresado palabras de agradecimiento para la Comunidad por la comprensión de los problemas de la minoría hebrea, recordó que la calidad de una sociedad se ve en el trato a las minorías.


"Las Escrituras comienzan con figuras humanas que no reconocen la propia responsabilidad y que caen delante de la pregunta ¿Dónde está tu hermano?", así se expresó el rabino jefe Pinchas Goldschmidt, presidente de la CER. "La Comunidad ha hecho suya esta pregunta para responder a las personas necesitadas en los conflictos, sin distinción de pertenencia". El rabino jefe David Rosen recordó toda la família de Sant'Egidio en el momento de la concesión del premio: son niños, ancianos, sin techo, enfermos de VIH, personas con discapacidad y muchos otros. Unidos por la fuerza débil de la oración, es un pueblo que hace avanzar el Espíritu de Asís, el diálogo entre las religiones, "como un río de unidad en la diversidad, en diferentes partes del mundo". La herencia del encuentro de 1986 con el que el Papa Juan Pablo II reunió las religiones para orar uno al lado del otro, ha sido la ocasión para la amistad entre hebreos y cristianos". Y es continuación del Espíritu del Concilio Vaticano II, de la Nostra Aetate", dijo David Rosen.


El premio es en memoria de Moshe Rosen, rabino jefe de Rumanía del 1948 al 1994, que vivió los años duros del antisemitismo de la guardia de hierro, después del comunismo rumano y de la dictadura de Ceaușescu.

"Rosen practicó el arte del posible" en tiempos muy complicados - explicó Andrea Riccardi. Luego siguió: - "tiempos que no serán más difíciles si vigilamos, pero sobretodo si estamos unidos y aliados, para cortar el antisemitismo y estar juntos, hebreos y cristianos, una bendición para la humanidad". Riccardi concluyó citando el libro de Ruth: "La historia y el espíritu nos traen esto. Repito las palabras de Ruth a la anciana Noemí: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios (1, 16).
A dondequiera que tú irás, yo estaré contigo!
 

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