6 años después del naufragio de Lampedusa, hoy vemos rostros de personas que se han salvado gracias a los corredores humanitarios de París

Desde los días inmediatamente posteriores al 3 de octubre de 2013, cuando perdieron la vida 368 personas en el naufragio de Lampedusa, vemos de año en año sus rostros y sus historias, recuperadas con esfuerzo y recorriendo a la inversa su viaje desde Etiopía y Eritrea. Hoy vemos los rostros de los refugiados sirios e iraquíes que acaban de llegar a París con los corredores humanitarios. El más pequeño tiene 3 años; el mayor, 64. En Europa podrán escribir una historia distinta, hecha de acogida e integración, con el concurso de asociaciones, organizaciones y ciudadanos.

Los corredores humanitarios son una alternativa a las pasteras y las barcas que cruzan el Mediterráneo, y desde febrero de 2016 han permitido que más de 2600 refugiados lleguen a Europa.
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La llegada coincide con la fecha del 3 de octubre y con el llamamiento de capitales y ciudades europeas de celebrar un día europeo de recuerdo de las víctimas. En tiempos en los que acoger parece más difícil, los promotores de los corredores humanitarios en Francia –Sant’Egidio, Federación protestante de Francia, Fédération de l'Entraide protestante, Conferencia episcopal de Francia y Secours catholique-Cáritas Francia– han demostrado que la solidaridad crece gracias a la generosidad de muchos franceses, con una dedicación voluntaria y gratuita.

Es una Europa con la humanidad de mirar a la cara y de conocer las historias de los migrantes, continente donde puede ser realidad la propuesta de corredores humanitarios europeos.