El 21 de marzo es el Día Mundial para la eliminación de la discriminación racial

Afloran nuevas y viejas discriminaciones: es necesario estar conectado a los demás

La mañana del 21 de marzo de hace 59 años la policía asesinaba a sesenta y nueve manifestantes negros en Sudáfrica. Aquel episodio se conoce como la matanza de Sharpeville, y fue uno de los más sangrientos del apartheid, la política de segregación racial que imponía a los negros, entre muchas otras limitaciones, la obligatoriedad de mostrar un salvoconducto para acceder a las zonas reservadas para los blancos.

En recuerdo de Sharpeville y de todas las injusticias asociadas a la xenofobia, las Naciones Unidas eligieron el 21 de marzo para celebrar el Día Mundial para la eliminación de la discriminación racial.

La violencia del racismo todavía no ha sido derrotada. Hoy asume las formas de la indiferencia, de los prejuicios, del antisemitismo y de muchas formas de odio, también en Internet.

Todavía quedan por eliminar muchas formas de desprecio humano que afectan a los más pobres, a los más débiles y a las minorías. Hablamos de ancianos, de discapacitados, de migrantes, de refugiados, de gitanos o de personas sin hogar. 

La exigencia de justicia y de igualdad que plantea el Día internacional para la eliminación de la discriminación racial requiere algo más que un posicionamiento para lograr ciudades más humanas donde haya conexión entre las personas, con sus sueños y sus sufrimientos, y no muros que dividen y enfrentan.

El camino para un mundo sin discriminaciones empieza cuando decidimos entablar un encuentro personal con quien está excluido.
Dar nuestro tiempo a los demás, a quienes son diferentes a nosotros solo por algún rasgo, es una primera respuesta a la sociedad del odio fácil.