La tarde del 4 de abril de hace cincuenta años en Memphis, un disparo acabó con la vida del reverendo baptista Martin Luther King Jr., que tenía treinta y nueve años. Pero no apagó su sueño de amor y de justicia por todos los hombres, que todavía hoy se alimenta de sus palabras.
“Ahora hay un último motivo por el que Jesús dijo 'Amad a vuestros enemigos'. Y es este: el amor tiene un poder de redención. Es un poder que termina transformando a las personas. Por eso Jesús dijo 'Amad a vuestros enemigos'. Porque si odiáis a vuestros enemigos, no tenéis modo alguno de redimir y transformar a vuestros enemigos. Pero si amáis a vuestros enemigos, descubriréis que en toda raíz de amor está el poder de la redención. Solo tenéis que amar a la gente y amarla incluso cuando os maltratan. Si un vecino hace algo contra vosotros, no dejéis de considerarlo únicamente una persona amiga. Continuad amándola. No hagáis nada para contrariarla. Continuad amándola y no podrá continuar con su actitud mucho tiempo. Sí, al inicio gente así puede reaccionar de muchas maneras. Reaccionan con amargura porque enloquecen a causa de vuestro amor por ellos. Reaccionan con sentimientos de culpabilidad, y a veces os odian un poco más en aquel periodo transitorio, pero vosotros continuad amándoles. Y con el poder de vuestro amor se transformarán bajo el peso. Eso es amor. Es redentor y por eso Jesús dijo: amad. Hay algo en el amor que construye y es creativo. Hay algo en el odio que derriba y es destructivo. Por eso, amad a vuestros enemigos."
Martin Luther King Jr., Sermón en la iglesia de Montgomery, 17 de noviembre de 1957.
