LA PREGÀRIA CADA DIA

Oración por la Iglesia
Paraula de déu cada dia

Oración por la Iglesia

Fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. La Iglesia etíope, una de las primeras de África, venera a san Miguel como su protector. Llegir més

Libretto DEL GIORNO
Oración por la Iglesia
Jueves 29 de septiembre

Fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. La Iglesia etíope, una de las primeras de África, venera a san Miguel como su protector.


Lectura de la Palabra de Dios

Aleluya, aleluya, aleluya.

Yo soy el buen pastor,
mis ovejas escuchan mi voz
y devendrán
un solo rebaño y un solo redil.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Apocalipsis 12,7-12

Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados con él. Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte. Por eso, regocijaos, cielos y los que en ellos habitáis. ¡Ay de la tierra y del mar! porque el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.»

 

Aleluya, aleluya, aleluya.

Les doy un mandamiento nuevo:
que se amen los unos a los otros.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Hoy la Iglesia recuerda a los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael y la lectura del libro del Apocalipsis nos ayuda a comprender la importancia que tienen en el plan de amor de Dios. El Apocalipsis, con un lenguaje figurado, presenta la lucha contra el dragón, símbolo del mal en todas sus formas, "la Serpiente antigua, el llamado diablo". Es el mal de la división que sigue actuando en el mundo para enfrentar a los hombres entre ellos. Como en el libro de Job, es el "acusador" que quiere poner a prueba la fe de los hombres. Contra este mal existen ángeles, cuyo nombre deriva del griego angelos que significa "enviados", y que luchan incesantemente contra el mal y lo derrotan. Ellos nos recuerdan que frente a la fuerza del mal que a veces parece muy poderosa, existe una fuerza de bien que es suscitada por el amor de Dios. Sus armas son "la sangre del Cordero" y "la palabra de testimonio" de los discípulos de Jesús que a lo largo de la historia han hecho frente a la lucha contra el mal dando su vida. El recuerdo de los santos arcángeles nos llama a participar en esta lucha con las armas de la oración y del amor que ellos comunican. Cada uno de nosotros puede ser un "ángel" para la vida de los más pobres y el bien en este mundo.

La pregària és el cor de la vida de la Comunitat de Sant’Egidio, la seva primera "obra". Al final del dia, totes les Comunitats, tant si són grans com si són petites, es reuneixen al voltant del Senyor per escoltar la seva Paraula i dirigir-s'hi en la seva invocació. Els deixebles només poden estar als peus de Jesús, com Maria de Betània, per triar la "millor part" (Lc 10,42) i aprendre'n els seus mateixos sentiments (cfr. Flp 2,5).

Sempre que la Comunitat torna al Senyor, fa seva la súplica del deixeble anònim: "Senyor, ensenya'ns a pregar" (Lc 11,1). I Jesús, mestre de pregària, respon: "Quan pregueu, digueu: Abbà, Pare".

Quan preguem, encara que ho fem dins del cor, mai no estem aïllats ni som orfes, perquè en tot moment som membres de la família del Senyor. En la pregària comuna es veu clarament, a més del misteri de la filiació, el de la fraternitat.

Les Comunitats de Sant'Egidio que hi ha al món es reuneixen als diferents llocs que destinen a la pregària i presenten al Senyor les esperances i els dolors dels homes i les dones "malmenats i abatuts" de què parla l'Evangeli (Mt 9,36). En aquella gent d'aleshores s'inclouen els habitants de les ciutats contemporànies, els pobres que són marginats de la vida, tots aquells que esperen que algú els contracti (cfr. Mt 20).

La pregària comuna recull el crit, l'aspiració, el desig de pau, de guarició, de sentit de la vida i de salvació que hi ha en els homes i les dones d'aquest món. La pregària mai no és buida. Puja incessantment al Senyor perquè el plor es transformi en joia, la desesperació en felicitat, l'angoixa en esperança i la solitud en comunió. I perquè el Regne de Déu arribi aviat als homes.