LA PREGÀRIA CADA DIA

Oración de la Vigilia
Paraula de déu cada dia
Libretto DEL GIORNO
Oración de la Vigilia
Sábado 2 de julio


Lectura de la Palabra de Dios

Aleluya, aleluya, aleluya.

Quien vive y cree en mí
no morirá jamas.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Amós 9,11-15

Aquel día levantaré la cabaña de David ruinosa,
repararé sus brechas y restauraré sus ruinas;
la reconstruiré como en los días de antaño, para que posean lo que queda de Edom
y de todas las naciones sobre las que se ha invocado
mi nombre,
oráculo de Yahveh, el que hace esto. He aquí que vienen días - oráculo de Yahveh -
en que el arador empalmará con el segador
y el pisador de la uva con el sembrador;
destilarán vino los montes
y todas las colinas se derretirán. Entonces haré volver a los deportados de mi pueblo Israel;
reconstruirán las ciudades devastadas, y habitarán en
ellas,
plantarán viñas y beberán su vino,
harán huertas y comerán sus frutos. Yo los plantaré en su suelo
y no serán arrancados nunca más
del suelo que yo les di,
dice Yahveh, tu Dios.

 

Aleluya, aleluya, aleluya.

Si tú crees, verás la gloria de Dios,
dice el Señor.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Ser orgullosos siempre nos aleja de Dios: hace que olvidemos la misericordia que hemos recibido del Señor y que todos necesitamos la salvación. También los discípulos de Jesús somos débiles y fácilmente terminamos siendo esclavos del pecado si olvidamos la Palabra de Dios y el gran amor que tiene por nosotros. El Señor nos ha llamado y nos ha salvado porque sintió compasión por nuestra esclavitud, y viene a ayudarnos para darnos una vida libre y plena en su reino de paz. Tras haber pronunciado muchos oráculos contra Israel, que se había alejado de Dios, ahora el profeta Amós en esta página comunica una palabra de consuelo "a los que queden" del pueblo de Israel que se han mantenido fieles al Señor. La casa de David se describe como una "cabaña ruinosa". Pero justo cuando todo parece perdido, interviene la palabra profética para consolar: lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. La casa de David será reconstruida -anima Amós- y reinará sobre las naciones, y la tierra producirá tanto que no habrá discontinuidad entre la siembra y la cosecha. El vino nuevo y el fruto de las huertas anuncian los tiempos mesiánicos. Dios, a través de su pueblo de Israel, quiere extender a todos los pueblos su misericordia y su salvación. Con la llegada de Jesús, también nosotros fuimos elegidos para llevar a cabo esta misión de salvación universal. Estamos llamados a vivir no para nosotros mismos, sino para el sueño de Dios: la salvación de la familia humana.

PARAULA DE DÉU CADA DIA: EL CALENDARI

La pregària és el cor de la vida de la Comunitat de Sant’Egidio, la seva primera "obra". Al final del dia, totes les Comunitats, tant si són grans com si són petites, es reuneixen al voltant del Senyor per escoltar la seva Paraula i dirigir-s'hi en la seva invocació. Els deixebles només poden estar als peus de Jesús, com Maria de Betània, per triar la "millor part" (Lc 10,42) i aprendre'n els seus mateixos sentiments (cfr. Flp 2,5).

Sempre que la Comunitat torna al Senyor, fa seva la súplica del deixeble anònim: "Senyor, ensenya'ns a pregar" (Lc 11,1). I Jesús, mestre de pregària, respon: "Quan pregueu, digueu: Abbà, Pare".

Quan preguem, encara que ho fem dins del cor, mai no estem aïllats ni som orfes, perquè en tot moment som membres de la família del Senyor. En la pregària comuna es veu clarament, a més del misteri de la filiació, el de la fraternitat.

Les Comunitats de Sant'Egidio que hi ha al món es reuneixen als diferents llocs que destinen a la pregària i presenten al Senyor les esperances i els dolors dels homes i les dones "malmenats i abatuts" de què parla l'Evangeli (Mt 9,36). En aquella gent d'aleshores s'inclouen els habitants de les ciutats contemporànies, els pobres que són marginats de la vida, tots aquells que esperen que algú els contracti (cfr. Mt 20).

La pregària comuna recull el crit, l'aspiració, el desig de pau, de guarició, de sentit de la vida i de salvació que hi ha en els homes i les dones d'aquest món. La pregària mai no és buida. Puja incessantment al Senyor perquè el plor es transformi en joia, la desesperació en felicitat, l'angoixa en esperança i la solitud en comunió. I perquè el Regne de Déu arribi aviat als homes.