LA PREGÀRIA CADA DIA

Oración por la Iglesia
Paraula de déu cada dia
Libretto DEL GIORNO
Oración por la Iglesia
Jueves 9 de diciembre


Lectura de la Palabra de Dios

Aleluya, aleluya, aleluya.

Yo soy el buen pastor,
mis ovejas escuchan mi voz
y devendrán
un solo rebaño y un solo redil.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Isaías 41,13-20

Porque yo, Yahveh tu Dios,
te tengo asido por la diestra.
Soy yo quien te digo: "No temas,
yo te ayudo." No temas, gusano de Jacob,
gente de Israel:
yo te ayudo - oráculo de Yahveh -
y tu redentor es el Santo de Israel. He aquí que te he convertido en trillo nuevo,
de dientes dobles.
Triturarás los montes y los desmenuzarás,
y los cerros convertirás en tamo. Los beldarás, y el viento se los llevará,
y una ráfaga los dispersará.
Y tú te regocijarás en Yahveh,
en el Santo de Israel te gloriarás. Los humildes y los pobres buscan agua,
pero no hay nada.
La lengua se les secó de sed.
Yo, Yahveh, les responderé,
Yo, Dios de Israel, no los desampararé. Abriré sobre los calveros arroyos
y en medio de las barrancas manantiales.
Convertiré el desierto en lagunas
y la tierra árida en hontanar de aguas. Pondré en el desierto cedros,
acacias, arrayanes y olivares.
Pondré en la estepa el enebro,
el olmo y el ciprés a una, de modo que todos vean y sepan,
adviertan y consideren
que la mano de Yahveh ha hecho eso,
el Santo de Israel lo ha creado.

 

Aleluya, aleluya, aleluya.

Les doy un mandamiento nuevo:
que se amen los unos a los otros.

Aleluya, aleluya, aleluya.

Es fácil, sobre todo en los momentos difíciles, olvidar el amor, la misericordia y la fuerza del Señor y dejarse llevar por el miedo y el desánimo. Es fácil también para nosotros que vivimos en un tiempo en el que parecen crecer los miedos por el presente y el mañana. El mundo se ha vuelto más complejo y difícilmente comprensible. Las fuerzas del mal parecen ganar terreno tanto en la devastación de la creación como en la destrucción de los lazos de fraternidad entre los pueblos. La tragedia de la pandemia nos ha desvelado nuestra fragilidad. Las injusticias parecen crecer mientras cada vez es más difícil encontrar un sueño común. No se vive bien en un tiempo y en un mundo donde el miedo y la rabia se apoyan recíprocamente creando un clima de malestar y de conflicto. Y parece que no es posible hacer nada: verdaderamente somos poca cosa, como un "gusano" o simple "gente" por retomar las imágenes del profeta. Pero el profeta nos recuerda la presencia de Dios que es Señor de la historia. Él mismo nos dice: "No temas, gusano de Jacob, gente de Israel: yo te ayudo". La invitación se repite varias veces en esta breve página de Isaías, como queriendo forzar la puerta del miedo que no nos deja ver el amor que nos acompaña. ¡Cuántas veces, también en los Evangelios, Jesús repite a los discípulos que confíen en él y no tengan miedo! Y si es verdad que "Los humildes y los pobres buscan agua, pero no hay nada. La lengua se les secó de sed", todavía es más verdadero que el Señor viene pronto en su ayuda. El profeta habla del nuevo éxodo del pueblo de Israel del exilio de Babilonia: será una liberación todavía más profunda que la primera cuando les hizo salir de Egipto. De hecho, si durante el camino en el desierto después de aquella primera liberación el pueblo de Israel fue calmado de su sed con agua que salió de una roca, ahora el Señor transformará todo el desierto "en lagunas y la tierra árida en hontanar de aguas". Es el amor del Señor el que realiza prodigios cada vez más grandes para su pueblo. Un amor que ha llegado a su culmen con Jesús, quien no solo ha bajado del cielo para estar junto a nosotros, sino que incluso ha dado su vida para salvarnos del pecado y de la muerte. A nosotros se nos pide -como escribe el profeta- "ver y considerar" ese amor, y dejarnos tocar el corazón.

PARAULA DE DÉU CADA DIA: EL CALENDARI

La pregària és el cor de la vida de la Comunitat de Sant’Egidio, la seva primera "obra". Al final del dia, totes les Comunitats, tant si són grans com si són petites, es reuneixen al voltant del Senyor per escoltar la seva Paraula i dirigir-s'hi en la seva invocació. Els deixebles només poden estar als peus de Jesús, com Maria de Betània, per triar la "millor part" (Lc 10,42) i aprendre'n els seus mateixos sentiments (cfr. Flp 2,5).

Sempre que la Comunitat torna al Senyor, fa seva la súplica del deixeble anònim: "Senyor, ensenya'ns a pregar" (Lc 11,1). I Jesús, mestre de pregària, respon: "Quan pregueu, digueu: Abbà, Pare".

Quan preguem, encara que ho fem dins del cor, mai no estem aïllats ni som orfes, perquè en tot moment som membres de la família del Senyor. En la pregària comuna es veu clarament, a més del misteri de la filiació, el de la fraternitat.

Les Comunitats de Sant'Egidio que hi ha al món es reuneixen als diferents llocs que destinen a la pregària i presenten al Senyor les esperances i els dolors dels homes i les dones "malmenats i abatuts" de què parla l'Evangeli (Mt 9,36). En aquella gent d'aleshores s'inclouen els habitants de les ciutats contemporànies, els pobres que són marginats de la vida, tots aquells que esperen que algú els contracti (cfr. Mt 20).

La pregària comuna recull el crit, l'aspiració, el desig de pau, de guarició, de sentit de la vida i de salvació que hi ha en els homes i les dones d'aquest món. La pregària mai no és buida. Puja incessantment al Senyor perquè el plor es transformi en joia, la desesperació en felicitat, l'angoixa en esperança i la solitud en comunió. I perquè el Regne de Déu arribi aviat als homes.